jueves, 10 de marzo de 2011

...Como Pudiste?

- Cómo pudiste? Todo este tiempo y nunca supe nada de eso.
- Lo siento mucho, perdóname. Te amo.
- Ya estoy cansada de oírte decir lo mismo, acaso nunca vas a cambiar? Y no pongas esa cara!!!
- Por favor no te vayas, hice todo cuanto pude. No me dejes, por favor.
- Basta. No entiendes que me haces daño? No puedo seguir contigo. Dañarías mi historial crediticio, es imposible seguir a tu lado. Adiós.

Era la primera vez que me terminaban de ese modo, y también la primera vez que sentí el peso de la modernidad sobre mis hombros y en este caso, desde dentro de mi bolsillo. La primera vez que al terminarme primero sentí que se me rompía el cerebro, antes que el corazón. La primera vez que termine con la boca abierta más que por el susto, por el hecho de que aún lo estaba procesando.
Yo ya no existía en el corazón de ella y mi historial crediticio tampoco...

Los tiempos han cambiado a una velocidad increíble y la tecnología nos hace la vida mas corta. O en mi caso mi relación terminó a la velocidad de los tiempos.
Historial crediticio, ese asunto seguía dando vueltas en mi cabeza y ni siquiera llegaba a mi corazón.

Cuanto tiempo debe pasar hasta no estar dentro de ese grupo de gente desterrada del sistema financiero? Según la ley de banca, 5 años. 5 largos años confinados dentro de esta moderna prisión virtual. Un tipo de lepra moderno, al que ningún banquero le tiende la mano. Era un paria. En 5 años mi querida y adorada musa, seguramente estaría en los brazos de un historial crediticio positivo. Y yo recién saliendo de aquella prisión.

Y comencé a recordar.

Hace muchos años, cuando recién comenzaba a trabajar, una avalancha de tarjetas de crédito llegó a mi casa, con mil y un cuentos de felicidad y facilidad. Irresponsable, inmaduro y sin ninguna orientación, comencé a utilizarlas cual ninja al lanzar sus cuchillas sobre las cosas mas inverosímiles y banales. Había caído dentro de este nuevo grupo ávido del ultimo cierra puertas u ofertas de liquidación. Y sin embargo, estos bancos seguían ampliándome el crédito, con que criterio? el de mi historial?

Y así sucedió, colapsé. Un día, llego una notificación, al otro día llego otra y otra. Y no cesaron. Cual avalancha, mi historial crediticio quedo sepultado y yo junto con el, muy adentro, muy solos.
Y allí estuve. Por mucho tiempo.
Cual Muki de las minas, fui saliendo de a pocos. Cuesta mucho amigos. Lo sé por que me quedaron las marcas, o al menos mi historial crediticio lo conservaba. Y creo que también conservé la expresión de asombro, que era la que tenía cuando mi musa me terminaba y se alejaba de mí.

No te voy a explicar ahora lo que debes hacer para salir de esa prisión, al que todos conocen como infocorp, de seguro mas adelante. Pero si te diré que es posible. No hay nada como sentir este tipo de libertad moderno, de no sentir esa atadura virtual con las tarjetas de crédito o con las deudas a los bancos.

Y aunque mi musa se alejaba a paso firme, no comprendía que al tener un historial crediticio "manchado", el mió no era un historial peligroso (y creo que los bancos no comprenden eso tampoco) pues ya había aprendido la lección.

Corrí tras ella, no la dejaría ir así nada más, la amaba. Debía explicarle que había regularizado mi historial crediticio en la Camara de Comercio de Lima y que ahora me facilitaba para obtener nuevos creditos, esta vez con mayor responsabilidad. Y que por ende, podía llegar a su corazón.
Es decir también podíamos obtener ese crédito hipotecario, por el que comenzó toda esta historia.

Moraleja, cuiden mucho su historial crediticio, es el corazón de esta modernidad.

Gente, así comienzan las crónicas del Muki. Espero que disfruten de esta y otras fábulas que vendrán mas adelante.

Excelsior!

PD:
informacion de Peru21 sobre historial crediticio